Desde niño siempre creí, que cuando los aguateros volaban cerca del agua
O entre los pastizales, una tormenta estaba por venir. Ya de en mi adolescencia,
descubrí que los aguateros en realidad eran libélulas, y que nada tenían que ver con la lluvia.
Este ultimo descubrimiento me hizo sentir medio tonto, aunque lo cierto es que de tonto
no creo tener nada, y aunque la inocencia y capacidad de asombro cada vez es más escasa;
Yo sigo apostando a la pureza y lo sencillo, a lo inocente y sorpresivo,
yo sigo creyendo que la hermosura esta en las pequeñas cosas que nos asombran.
Yo creo aunque me digan tonto, vos... Crees?
1 comentario:
Hola,
unas fotos preciosas y muy buenas...aqui tienes una nueva seguidora.
Un saludo.
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